Hace tan sólo unos días tuve visita con un nuevo Doctor, le llevé todos los informes de los problemas de salud que tengo, relacionados con su especialidad. Se los miró todos, y realizó diversas anotaciones en su ordenador. Después los cogió, los puso bien ordenaditos y me los devolvió.
Me dijo: “El Síndrome de Ehlers Danlos no tiene cura. Imagino que ya lo sabe Usted.”
“Sí, señor, ya lo sé”. Le respondí.
A lo que él, entrelazando los dedos de sus manos y apoyándose sobre la mesa, me pregunto:
“Y entonces… ¿para qué viene?"
En ese momento, no sabía si ponerme a reir o a llorar. Suerte que estaba sentada, porque si no, de bien seguro me caigo al suelo. Total, que simplemente le dije:
“Bueno, he venido para saber si hay algo que pueda paliar mis dolores cuando me atacan fuertemente y me impiden moverme”
“Antiinflamatorios, relajantes musculares… “ Me contestó.
“Es que mi estómago no los tolera” Le dije
“Ah bueno, entonces le recetaré estas pastillitas, a ver si le van bien” Y extendió la receta.
“Vaya Usted a la piscina, haga ejercicio en el agua” Espetó
“Sí señor, sí….” Le respondí.
No me molesté en explicarle que tuve que dejar de practicar ese tipo de ejercicio porque el cloro de la piscina lastimaba mi delicada piel. Pero para que me voy a molestar en explicárselo.
Antes de despedirnos, le comenté lo de los anillos, sí esas férulas inmovilizadoras de dedos, de las que comentamos días atrás en el muro de ésta misma página… entonces me miró las manos, me tocó los dedos como quien toca algo que teme se vaya a quebrar. Y me remitió a una ortopedia para que le consultara a ella.
En definitiva, salí de la consulta igual… ¿qué digo igual?…. ¡peor de cómo entré!
De camino a casa, me senté en un banco del parque. Y estallé en un llanto incontrolable.
Me pregunto si este doctor en la universidad tuvo los mismos “maestros” que una de las traumatólogas que me atendió el año pasado, (a raíz de mi caída, en la que me hice múltiples contusiones en las piernas, algun@s ya lo sabéis) y que como solución a mis fuertes molestias, transcurridos ya varios meses de mi caída, me dijo textualmente: “Si no puedes subir escaleras no las subas”. No le contesté. Pero tenía que haberle dicho, miré Usted, “mis alas de mariposa, son ficticias y además una la tengo muy lastimada”.
No quiero entrar en polémica sobre Sanidad pública, privada, mutuas, crisis, recortes sanitarios etc, pues ese es otro tema. La cuestión que yo planteó con mi escrito, es algo en lo que siempre insisto: Si a Usted señor o señora, doctor o doctora, no le gusta su profesión, DEDIQUESE A OTRA COSA. Y lea un poquito de poesía, que endulza la mente y ablanda el corazón.
Existen personas voluntarias, profesionales de la medicina y algunas Entidades, que se preocupan, de verdad, por nosotros y nuestras enfermedades poco frecuentes o desconocidas. A todos ellos mi más sincero agradecimiento.
POR LA DIFUSIÓN Y EL VERDADERO RECONOCIMIENTO DEL SÍNDROME DE EHLERS DANLOS
PARA QUE SE SEPA REALMENTE EN QUÉ CONSISTE ESTA ENFERMEDAD
GRACIAS. Berta M.B. 20/05/2011
